¿De dónde sacan los franceses su amor por las huelgas? ¿Realmente merecen la reputación de ser la nación con más protestas?
Este año se cumple el 50º aniversario de los levantamientos de mayo, cuando manifestaciones estudiantiles y huelgas a nivel nacional paralizaron a los círculos gobernantes conservadores de Francia de la posguerra con consignas liberales de izquierda. “Imbuida del espíritu de los sans-culottes de 1789, la protesta francesa (primero una huelga, luego (mucho más tarde) negociaciones) lleva a la gente a amotinarse en la plataforma de aterrizaje o en la Torre Eiffel”, dice Anthony Peregrine, experto en Francia de Telegraph Travel. .
“Es la naturaleza de Francia organizar grandes movimientos sociales a nivel nacional”, afirma el historiador francés Stéphane Ciro. “Estos movimientos son brillantes, causan gran resonancia y son ampliamente cubiertos por los medios de comunicación. medios de comunicación en masa tanto dentro como fuera del país, lo que confirma una vez más la reputación militante de Francia”, explica Sirot, especialista en huelgas y movimiento sindical.
Cuando los franceses van a la huelga, su protesta siempre es ruidosa. Ciro dice que salir a la calle es parte de una larga tradición francesa. Las protestas pueden ser bastante violentas, lo que sólo atrae más atención de los medios y alimenta la reputación. "Pero si nos fijamos en las estadísticas del número de días de huelga en cada país durante los últimos 100 años", dice Ciro, "Francia sólo se encuentra en el medio de la lista". Otros expertos en la materia afirman también que el número de días laborales dedicados a huelgas en este país ha disminuido notablemente desde los años 1970 (sólo 67 frente a 296 en Dinamarca entre 1996 y 2000). Las cifras se utilizan a menudo para desacreditar el mito de que los franceses pasan toda su vida en huelga, pero algunos han cuestionado la exactitud de las cifras, colocando a países como Dinamarca y Noruega en la cima de la clasificación.
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Francia es conocida en todo el mundo por la belleza y diversidad de sus paisajes, su rica cultura y sus infinitas huelgas. De hecho, si de lunes a miércoles en Francia los empleados del transporte ferroviario y los controladores de trenes se declaran en huelga, el jueves los profesores de secundaria desfilan por las calles de la ciudad y, los fines de semana, los camioneros.
Los franceses no son menos apasionados por las huelgas que por la glotonería o el amor. Las huelgas francesas no inspiran ningún miedo, provocadas por los disturbios de una multitud desorganizada. Hay multitud, pero no hay violencia. Las huelgas francesas son un evento cuidadosamente organizado por los sindicatos, sobre el cual se notifica a la población del país uno o dos días antes de su inicio a través de los periódicos, la televisión, la radio e Internet.
El derecho de huelga se introdujo en Francia en 1864 y desde 1971 está consagrado en la Constitución. Y, en verdad, los franceses no pierden una sola oportunidad de aprovechar este derecho. Tengamos en cuenta que una huelga en Francia es siempre una huelga de funcionarios. Esto es comprensible: una huelga de profesores de secundaria causará una impresión mucho mayor en la población que una actuación de los empleados de una fábrica privada en algún departamento francés olvidado de Dios. Hay que tener en cuenta que los franceses no pueden presumir de la capacidad de mantener un diálogo con las agencias gubernamentales y, por lo tanto, prefieren utilizar la amenaza de un cese total del trabajo. Con el tiempo, el Estado llegó a un acuerdo con los sindicatos: se aprobó una ley sobre el trabajo mínimo obligatorio durante las huelgas de los empleados. transporte público y escuelas secundarias. Aunque esta ley no tuvo ningún efecto sobre la escala y el momento de las huelgas, alivió ligeramente la suerte de los residentes e invitados de la capital.
En Francia, el jueves 10 de enero de 2013 tuvo lugar una huelga nacional de taxistas. Están protestando contra competencia desleal, que está destruyendo su profesión, así como contra la liberalización del mercado de servicios de transporte sanitario en el que trabajan los taxistas.
Las protestas tuvieron lugar en París, Marsella, Lyon, Burdeos, Toulouse y Nantes. En la capital, cientos de taxistas se reunieron por la mañana en los aeropuertos de Roissy Charles de Gaulle y Orly para dirigirse en columnas al centro de la ciudad, donde estaba prevista una manifestación de protesta en la zona de la Torre Eiffel. Un convoy de entre 600 y 800 vehículos salió del aeropuerto de Roissy. Varios centenares de taxis partieron del aeropuerto de Orly.
En Nantes, donde el primer ministro francés Jean-Marc Ayrault era alcalde, al menos 800 taxistas de toda la región occidental (Bretaña, Países del Loira, Poitou-Charentes) participaron en la manifestación. En Lyon, la columna de manifestantes estaba formada por entre 250 y 300 coches. En Toulouse, debido a la acción de los taxistas, el tráfico en la ciudad y cerca del aeropuerto es muy complicado.
En Francia hay 55.000 taxistas oficiales. Están descontentos con la “competencia desleal” que reciben de los mototaxis, así como de las empresas que prestan servicios de transporte con chófer a turistas. Los mototaxis se desarrollaron en la década de 2000 gracias a la liberalización de la legislación. El número de coches en las empresas de transporte de turistas se estima en 10.000 en Francia. Los taxistas creen que estamos hablando de “competencia desleal” con permiso del Estado. Los transportistas alternativos no están sujetos a las estrictas normas establecidas para los taxistas y no pagan cotizaciones sociales tan altas como los taxistas.
Otro motivo de descontento es la liberalización de los servicios de transporte sanitario llevada a cabo por la ley de financiación. seguro Social para 2013. Hasta hace poco, los taxistas se dedicaban al transporte de pacientes junto con ambulancias y ambulancias. Los taxistas prestaron un tercio de los servicios en el mercado del transporte sanitario. El coste de estos viajes lo reembolsa el seguro social. El transporte de pacientes es una importante fuente de ingresos para 34.000 taxistas, especialmente en las zonas rurales, donde estos servicios pueden representar el 90% de su facturación. Nueva ley de efectivo seguro de salud recibió el derecho a realizar concursos para la prestación de servicios de transporte médico. En estos concursos pueden participar grandes empresas compañías de transporte, con el que los taxistas no pueden competir.
La primera manifestación masiva de empleados estatales desde la elección de François Hollande como presidente de la Quinta República tuvo lugar el 31 de enero, poco antes del inicio del debate sobre el tamaño de la salarios trabajadores del presupuesto, previsto para el 7 de febrero.
La principal demanda de los trabajadores presupuestarios es un aumento de los salarios y la introducción de una moratoria sobre los recortes de empleo en esfera presupuestaria. Los sindicatos también exigen la creación de plazas adicionales cuando sea necesario.
El 31 de enero tuvieron lugar cientos de manifestaciones en toda Francia. Cada tercer maestro escuela primaria participó en la huelga ese día.
Según los sindicatos, poder adquisitivo Los empleados del sector público en Francia disminuyeron un 10% en 10 años recientes. Uno de cada cinco empleados estatales vive del salario mínimo. Al mismo tiempo, aumentar los salarios de los empleados del sector público en un 1% le costará al Estado francés 1.800 millones de euros, mientras que el gobierno ha anunciado su intención de reducir los gastos presupuestarios en 10.000 millones.
Las constantes huelgas en Francia provocan al país una pérdida diaria de unos cuatrocientos millones de euros. Las constantes detenciones y los enfrentamientos entre manifestantes y policías también amenazan la imagen del país en el mundo.
La mayor parte de las pérdidas proviene de la industria química. Pero el turismo y el comercio también se han visto gravemente afectados por las interrupciones del transporte.
Cada año, decenas de miles de invitados de todo el mundo vienen a París. El turismo es una de las principales fuentes de ingresos del erario de la ciudad. Uno de cada diez parisinos trabaja en esta industria. Pero debido a las huelgas, el transporte en la capital francesa es intermitente. Moverse por la ciudad es muy difícil y esto arruina a muchos las vacaciones.
No es sólo el turismo el que está sufriendo. Los propietarios de tiendas minoristas y restaurantes también sufren pérdidas.
Pero las empresas de transporte se están perdiendo sumas mucho mayores. Los ferrocarriles franceses pierden cada día 20 millones de euros. Tampoco es más fácil para las empresas automotrices. Los camioneros están provocando atascos en señal de protesta. El combustible sigue siendo escaso. Los trabajadores están bloqueando las principales refinerías y terminales portuarias petroleras. Como resultado, una cuarta parte de las gasolineras del país se quedaron sin combustible. Y la industria química sufre pérdidas de 100 millones cada día.
Para la economía francesa, que acaba de empezar a recuperarse de las consecuencias de la crisis, esto es sin duda un duro golpe. El déficit presupuestario del país alcanza ya la astronómica cantidad de 160 mil millones de euros. Y cada día la economía francesa sufre pérdidas de otros trescientos millones.
No le den miel al francés medio, déjenlo ir a la huelga. La población de un país de 67 millones de habitantes, entre los cuales sólo 1.200.000 personas son millonarias, se considera mayoritariamente parte del proletariado.
¿Y de qué clase de millonarios en Francia podemos hablar si, al evaluar condición general Se tiene en cuenta el coste de la vivienda. Y dado el hecho de que El coste del metro cuadrado en París supera los 10.000 euros., entonces cualquier secretaria que herede incluso un pequeño apartamento con un salario de mil quinientos euros fácilmente se convierte en millonario.
Por supuesto, todo en el mundo es relativo. Pero si de repente sientes la necesidad de comprar un apartamento a unos noventa metros de distancia y sin siquiera vistas al Sena, mensualidad El préstamo será de unos 5.000 euros al mes.. Aquí surge la pregunta: perteneces a la categoría rica de la población, ¿eres realmente ese mismo burgués no amado por el proletariado que mastica urogallo, o sigues siendo una persona sin un lugar de residencia específico?
Porque obviamente no tendrás tu propia casa en París si las generaciones anteriores no se han ocupado de ella. Invertir dinero de forma lenta pero segura en bienes raíces, cuyo precio ha aumentado al menos dos veces en los últimos 10 a 15 años.
Y no es un hecho que alquilarás algún tipo de alquiler de tres rublos con una superficie de 40 metros cuadrados. Porque incluso con un salario al nivel de esa misma burguesía, todavía es necesario tener todo tipo de garantías por parte de los miembros de la familia adinerada.
Pero, como corresponde a los dueños del país, los franceses promedio continúan disfrutando audazmente de los beneficios creados por las generaciones anteriores y marchan con un entusiasmo mal disimulado a la tradicional fiesta estacional en honor de otro descontento más con el gobierno.
Cabe señalar que, en cuanto a la forma de organización, estas acciones de supuesto descontento recuerdan cada vez más a celebraciones masivas. Con canciones, barbacoas y alegres ondeo de la bandera francesa.
La quema de coches y la rotura de cristales no tienen nada que ver con estos acontecimientos, porque son sancionados por nuestros vecinos, los más pequeños de los suburbios más cercanos, quienes, sentados sobre el cuello del Estado, la mayoría de las veces no tienen motivos para estar descontentos, pero también Quiere celebraciones masivas.
Bueno, en cuanto a la población activa del país, de la cual el 22% está empleada en el sector público, no pueden evitar aprovechar esta excelente oportunidad para la formación masiva de equipos. Además, su salario suele seguir siendo el mismo.
Los colegas del sector privado sólo pueden sentir silenciosamente envidia. Los sindicatos son sindicatos, pero si se declara en huelga, no verá ninguna bonificación ni promoción dentro de la empresa. Por lo tanto, si es absolutamente imposible esperar hasta las próximas vacaciones, puede tomar una baja por enfermedad remunerada. Y consiga así unas vacaciones extraordinarias de 19 días, según la estadística media nacional de bajas por enfermedad.
¿Y si a estos diecinueve le sumamos otros 25 días laborales de vacaciones legales, más 10 días de horas extras?
En general, cada uno sobrevive lo mejor que puede. Bueno, o mientras el tesoro estatal se prolonga, chirriando irremediablemente con un mecanismo ya muy oxidado.
Pues bien, en cuanto a los huelguistas franceses, aunque se consideran parte del proletariado, no piensan en absoluto en los beneficios de sus compañeros de trabajo. Y así como los suicidas locales se arrojan bajo las ruedas de un metro que pasa, deteniendo así el tráfico durante varias horas, de la misma manera los manifestantes disfrutan especialmente de sacar al país de su ritmo habitual en alguna hora punta o durante las próximas vacaciones. .
Después de todo, para nadie es un secreto, y ciertamente no es una sorpresa, que los ferrocarriles locales y la compañía aérea AirFrance, famosa por sus huelgas, no pierden ni una sola temporada de vacaciones para no exigir al Estado los próximos beneficios, o al menos al menos la preservación de los antiguos. Después de todo, aunque las locomotoras de vapor de carbón ya no circulan por el país desde hace mucho tiempo, los ferroviarios siguen exigiendo la misma prima por lo nocivo que es trabajar con carbón.
Así que esta vez Macron se arriesgó a subir el precio de la gasolina 3 céntimos y listo.
Teniendo en cuenta que el presupuesto medio anual de una familia francesa para gasolina es de unos 1.760 euros al año, siendo la segunda partida de gasto después del pago de la vivienda, no es difícil calcular que gastarán sólo tres euros y medio más en gasolina al año. mes. En comparación, un paquete de cigarrillos cuesta 8 euros.
Esto plantea la pregunta: ¿estos tres desafortunados euros realmente marcan una diferencia en el presupuesto de una familia francesa? ¿O es esta una razón para distraer a la nación de cuestiones más importantes en las que ya es hora de pensar a nivel estatal?
Las próximas semanas y meses serán difíciles para los franceses, ya que Francia inicia una de las huelgas más largas en la historia del país. Debido a la participación de los trabajadores de servicios públicos, crecerán montañas de basura en las aceras, se cortará periódicamente la electricidad en los talleres de las fábricas y fábricas: los sindicatos del sector energético advirtieron sobre apagones selectivos, el movimiento de trenes del estado francés. La sociedad ferroviaria SNCF ha sido cancelada. Incluso escapar del caos reinante no será fácil: el personal de Air France también participa en la huelga.
Durante más de cuatro meses, los sindicatos franceses se han estado recuperando de la ola de huelgas que lanzaron en el otoño de 2017 y que terminaron en derrota. En aquel momento, tuvieron que conformarse con pequeñas concesiones del gobierno en la reforma del mercado laboral, pero no pudieron evitar los cambios en la legislación laboral prometidos por el presidente del país, Emmanuel Macron, durante la campaña electoral. Además, el gobierno logró abrir una brecha entre los sindicatos de diversas industrias y garantizar que el descontento de los residentes del país no se extendiera más allá de los límites aceptables; según los estándares franceses, no tanta gente salió a las calles en ese momento. Los impulsores de la nueva huelga esperan que esta vez todo sea diferente.
Controversialprivilegio
Los sindicatos estaban bien preparados para ganar la batalla decisiva. En cuatro meses lograron no sólo lograr una mayor cohesión, sino también desarrollar un amplio programa de acción. Las protestas fueron iniciadas por los tres sindicatos ferroviarios más importantes: CGT, CFDT y Unsa, en defensa de los derechos de los trabajadores de la Compañía Nacional de Ferrocarriles Franceses. vias ferreas SNCF. Hoy este gigantesco corporación estatal carga con una deuda de 45 mil millones de euros.
La reforma de los ferrocarriles nacionales prevista por el Gobierno pretende privar a los empleados de la SNCF del estatuto especial y de las ventajas asociadas (incluida la posibilidad de jubilación anticipada) y equipararlos a los empleados ordinarios. Los sindicatos consideraron estos cambios como un ataque manifiesto y convocaron una protesta sin precedentes que, según los organizadores, debería durar más de tres meses. Está previsto que hasta el 28 de junio todos los participantes en la huelga trabajen sólo tres días laborables en lugar de los cinco requeridos.
Los trabajadores de la SNCF se declararon en huelga la tarde del 2 de abril. Al día siguiente, en muchas regiones de Francia, los empleados de los servicios de recogida de residuos iniciaron una huelga de tres meses, oponiéndose también a los planes de las autoridades de privarlos de beneficios profesionales, en particular la posibilidad de jubilación anticipada. Hasta ahora, los representantes de profesiones especialmente perjudiciales para la salud, entre las que se incluyen los trabajadores de servicios públicos, además de las prestaciones económicas, tienen derecho a jubilarse cinco o incluso diez años antes de lo permitido. edad de retiro.
El 3 de abril, los trabajadores de las industrias de energía y gas también se unieron a la huelga de tres meses, protestando también contra la liberalización del mercado laboral. Pero el personal de Air France que apoya la huelga tiene demandas menos complejas: quieren un aumento salarial del 6 por ciento. Los organizadores de la huelga esperan que en ella participen representantes de todos los sectores del sector público.
PeligroParaMacron?
Los sindicatos están intentando presionar al gobierno desde todos los lados, pero una huelga de los trabajadores ferroviarios podría ser especialmente peligrosa para el presidente Macron y su primer ministro Edouard Philippe. Aunque las encuestas muestran que la mayoría de los franceses están a favor de la abolición del estatuto especial de los trabajadores ferroviarios y de los privilegios asociados, los expertos aún advierten que si el tráfico ferroviario, y por tanto la vida pública en Francia, se paraliza durante más de dos semanas, los residentes del país se convertirán en inquieto. Como resultado, aumentará la presión sobre el gobierno del país y es posible que se vea obligado a hacer concesiones.
Hay ejemplos más que suficientes del pasado. Los medios de comunicación franceses mencionan especialmente el otoño de 1995 en relación con la próxima huelga. Luego, el recién inaugurado Primer Ministro Alain Juppé propuso una reforma radical. sistema de pensión y seguro social. Al igual que la reforma de Macron, el plan de Juppé incluía la supresión de las prestaciones para los empleados de la empresa ferroviaria SNCF, que en aquel momento tenía una deuda de 25.000 millones de euros. La reforma también afectó a otros sectores del sector público. En respuesta, los sindicatos organizaron una huelga general que paralizó la vida del país durante varias semanas. Como resultado, el gobierno tuvo que ceder: nunca se realizaron cambios en la reforma de las pensiones. La carrera de Juppé, que declaró en los primeros días de la huelga que no se podía hablar de alivio alguno, llegó a su fin.
Contexto
Nadie puede predecir el resultado de la batalla.
Pero a pesar de muchos paralelos, la próxima huelga tiene diferencias significativas con la que ocurrió en 1995. A diferencia del entonces presidente francés Jacques Chirac, Emmanuel Macron prometió durante la campaña electoral llevar a cabo una reforma del mercado laboral. Además, según las encuestas, ha aumentado el número de residentes en el país que, tras décadas de debate sobre la necesidad de reformar las leyes laborales, han apoyado los cambios propuestos por Macron.
Al mismo tiempo, el gobierno francés actúa con bastante cautela. A pesar de deuda estatal El país se acerca al 100 por ciento, el presidente Macron tiene intención de eliminar sólo 120.000 de los casi 5,6 millones de puestos de trabajo en el sector público en cuatro años, hasta 2022.
Si bien el equilibrio de poder antes de la próxima batalla es generalmente claro, ninguno de los expertos se atreve a adivinar cómo terminará la confrontación. Por ahora, sólo una cosa está clara: si el gobierno sucumbe a la presión callejera, la reforma del mercado laboral planeada, que puede piedra angular La presidencia de Macron está en peligro. Los sindicatos lo saben muy bien y esperan que en las próximas semanas el país experimente buen tiempo. El frío otoño de 2017 no contribuyó a la movilización de los huelguistas.
Los trabajadores de la Francia moderna no hacen huelga con tanta frecuencia como las generaciones anteriores de franceses. Pero Francia sigue siendo propensa al conflicto social, y las recientes huelgas son prueba de ello. Si el gobierno francés emprende las reformas necesarias para reducir el papel del Estado en la economía, podemos esperar que tales acciones sean más frecuentes.
El Festival Internacional de Teatro de Aviñón, uno de los eventos culturales más conocidos del país, fue cancelado días antes de su inauguración debido a una huelga de trabajadores del mundo del espectáculo contra los cambios en las generosas prestaciones por desempleo.
Una huelga de los empleados de la operadora de transbordadores SNCM, esencialmente un monopolio estatal, contra la reestructuración de la compañía, paralizó durante dos semanas los servicios entre Marsella, la mayor metrópolis del sur de Francia, y la popular isla turística de Córcega. La huelga perjudicó no sólo a la economía de Córcega, sino también a la propia Marsella: los barcos se negaron a entrar en el puerto de la ciudad por temor a ser bloqueados por los portuarios que protestaban.
Hace tres semanas, los trabajadores ferroviarios se declararon en huelga contra la inminente apertura de su industria a la competencia. Amenaza a los actuales trabajadores ferroviarios con la pérdida de sus “privilegios sociales”, por lo que se declararon en huelga, privando a los residentes y turistas franceses de la oportunidad de utilizar los trenes, lo que provocó el colapso del transporte en varias ciudades. El presidente del monopolio ferroviario estatal SNCF, Guillaume Pepy, afirmó que los nueve primeros días de huelga costaron a la empresa 150 millones de euros, lo que corresponde a un tercio de los beneficios de 2013.
Los controladores aéreos también se sumaron a las huelgas, eligiendo hacerlo durante el fin de semana más activo del año.
¿Por qué los franceses hacen tantas huelgas?
En Francia relaciones laborales y las garantías sociales están cuidadosamente reguladas por el Estado. Como es sabido, la existencia estado social conduce a un conflicto entre los derechos humanos negativos y los “derechos” positivos (o sociales), y entre las generaciones presentes y futuras. Sin embargo, el Estado de bienestar en su versión francesa es la fuente de una “lucha de clases” más grave, ya que el gobierno, como las monarquías del pasado, otorga privilegios a asociaciones profesionales seleccionadas dependiendo de su capacidad para utilizar eficazmente herramientas como el lobby, las huelgas y la negativa colectiva a votar por políticos indeseables.
En consecuencia, la llamada “solidaridad social” francesa sólo afianza la desigualdad, porque en este sistema algunos grupos de la población son “más iguales” que otros. La “tragedia de los bienes comunes” del Estado de bienestar -una situación en la que la propiedad de los ciudadanos es tratada como un recurso colectivo disponible para todos- en Francia se ve agravada por el hecho de que varios grupos los intereses están en niveles diferentes acceso al dinero de los contribuyentes. En esta búsqueda de lo que el economista francés del siglo XIX Frédéric Bastiat llamó “saqueo mutuo”, las empresas y los sindicatos intentan cortejar a las autoridades y convencer a la población de que merecen el privilegio, puramente por el interés público, por supuesto.
Tomemos, por ejemplo, los trabajadores a tiempo parcial del mundo del espectáculo en huelga. A menudo trabajan las horas mínimas requeridas por la ley para recibir beneficios de desempleo, a pesar de que sus contribuciones fiscales representan sólo una quinta parte de los beneficios que pagan. Esta diferencia es compensada por otros contribuyentes. Una vez más, esto se justifica por consideraciones de “solidaridad” y la necesidad de “apoyar la cultura”.
Más ejemplo general- Estos son sindicatos en general. Aunque a menudo se les presenta en el papel de funcionarios” interlocutores sociales“En las negociaciones con los empleadores y en el establecimiento de políticas públicas, ¡las tasas de afiliación sindical son sólo alrededor del 8% del total de empleados! (Las negociaciones sobre el nivel de salarios en una industria en particular carecen en gran medida de sentido debido a la existencia de un salario mínimo nacional obligatorio). Debido a que la afiliación sindical es tan baja, requieren financiación gubernamental de los contribuyentes, y la mayoría de los puestos sindicales son pagados por los empleadores en lugar de cuotas. Los sindicatos carecen de incentivos para la rendición de cuentas, la apertura y el diálogo. Siempre es más fácil hacer una huelga por el dinero de otros que buscar un compromiso.
Este sistema sólo alimenta los conflictos y fortalece la mentalidad de protesta de los franceses.
Es obvio que este robo legalizado, que implica desigualdad entre quienes pagan impuestos y quienes se benefician de ellos, genera envidia, sospecha y descontento en la sociedad. Según los economistas Pierre Cauque e Ian Algan, la combinación de una distribución centralizada del "estatus" social y los "derechos" sociales en el contexto de un corporativismo sostenible (en términos generales, el dominio de los grupos de interés) conduce a la formación de una sociedad de "desconfianza". ” y “protesta”.
Por lo tanto, a pesar del amor de los franceses por la expresión “diálogo público”, muchos son en realidad incapaces de dialogar. Los franceses han olvidado cómo dialogar “horizontalmente”, con vecinos y colegas, debido a la costumbre de recurrir directamente al Estado. Las políticas estatales conducen a la polarización de las relaciones sociales, lo que socava la dinámica de cooperación dentro de la sociedad civil.
La crisis en Córcega ilustra este principio: los empresarios y agricultores locales, descontentos con las consecuencias de la huelga de los ferrys, organizaron su propia manifestación... frente a la prefectura (gobierno regional).
Hoy, dado el lamentable estado del sistema financiero francés, se necesita un consenso negociado para implementar reformas urgentes. Sin embargo, el modelo social de Francia ha llevado al surgimiento de grupos de interés profundamente arraigados que se resisten con éxito a cualquier reforma. Dados los déficits presupuestarios actuales, son inevitables nuevos recortes en el gasto público, al igual que las huelgas posteriores.
El libre mercado y el estado de derecho nos enseñan la interacción social a través del contrato y el respeto a las obligaciones, promoviendo la resolución pacífica de disputas. Regulación gubernamental Por el contrario, las relaciones laborales y otras relaciones sociales, especialmente mediante la concesión de un estatus privilegiado a grupos seleccionados, conducen a conflictos y abusos. Francia necesita comenzar de inmediato a reformar su modelo “antisocial”.
Traducción de Dmitry Nikitin.
